
EL CLIMA, UN AIRE SIEMPRE CAMBIANTE
La atmósfera de la Tierra tiene una altura de más de 100 kilómetros. Sus principales componentes son un 78,1% de nitrógeno, 20,94% de oxígeno, 0,93% de argón, y pequeñas cantidades de dióxido de carbono, vapor de agua, helio, hidrógeno, ozono y metano. Sin duda, la característica más importante de la atmósfera terrestre es la protección que le otorga a la vida de la Tierra; gracias al ozono capta gran parte de la radiación solar ultravioleta, regula las diferencias de temperatura entre el día y la noche, protege contra cuerpos celestes que puedan estrellarse con el planeta, entre otras cosas más. Las capas de la atmósfera terrestre son las siguientes.
Troposfera. Es la capa más cercana a la superficie terrestre, donde se desarrolla la vida y ocurren la mayoría de los fenómenos meteorológicos. Tiene unos 8 km de espesor en los polos y alrededor de 16 km en el ecuador. En esta capa la temperatura disminuye con la altura alrededor de 6,5 °C por kilómetro. La troposfera contiene alrededor del 75% de la masa gaseosa de la atmósfera, así como casi todo el vapor del agua.
